La mujer póstuma que le dio el toque artístico al cine: Alice Guy

Alice Guy es reconocida por ser la primer mujer cineasta, además de grabar la primer película de ficción.

Nace en Saint-Mandé, un suburbio de París, en el año de 1873. Desde niña y, al ser hija menor de un famoso escritor, su pasión por lar artes y la literatura comenzó a desarrollarse. A pesar de ello y aunado al hecho de que era su quinta hija, su progenitor nunca la apreció lo suficiente, porque problamente era hija ilegítima.

Después de que el padre de Guy muriera, su madre empezó a trabajar y ella misma empezó a estudiar taquigrafía y mecanografía. Gracias a ello, consigue trabajo en el año de 1894 en Le Comptoir Général de la Photographie
En mediados de ese año, comenzó a trabajar como secretaria de León Gaumont, uno de los pioneros de la industria cinematográfica, en la época cuando su organización estaba meramente dedicada a fabricar equipos de fotografía. La génesis de la carrera de Alice, surge el 22 de marzo de 1895, cuando Louis Lumiére invita a León a asistir a una presentación privada de su recién patentado cinematógrafo, la cámara que lograba que las fotos fijas consecuentemente ordenadas tuvieran el efecto de movimiento.
Así que el 28 de diciembre del mismo año se realiza la primer función con público en el Salón Indio del Gran Café (10 películas por un franco), en lo que además se considera el nacimiento del cine. Nuestra querida Alice queda fascinada con este invento y le dio acerca de qué pensar. Alice ya había realizado teatro de ficción y conocía perfectamente la técnica acerca de cómo contar historias y, a diferencia de Gaumont y los Lumiére que sólo le veían el potencial mecánico al artefacto, veía la capacidad e impacto que podía tener en el arte.
Sin algún objetico concreto, Gaumont perfeccionó la cámara de los Lumiére de 60 mm. A los 23 años, nuestra protagonista piensa que se podría animar con historias lo que resultó del cinematógrafo, para trascender de las funciones puramente mecánicas y tenía la intención de realizarlas como medio de entretenimiento y de comunicación para los posibles compradores. Así que le exclamó a Luis Gaumont con una idea principalmente comercial. Por otra parte, Gaumont concebía a el aparato como algo muy infantil, a tal grado de que dijo: <<Como tú quieras... No es más que un juguete para niños...>> y le permitió elaborar su proyecto en los días de descanso de Guy (los domingos), para que no dejara de realizar sus tareas de secretaria de Gaumont.

***La Fee aux Choux* (*el Hada de los Repollos).***

En 1896, Alice logra publicar lo que es considerada el primer filme narrativo de la Historia del Cine La Fee aux Choux (El Hada de los repollos), justamente semanas antes de que el genial Georges Méliès entrara a la realización cinematográfica. Con este cortometraje, Alice Guy se convierte en la primera mujer cineasta de toda la historia, así como la primera directora en realizar una película de ficción.

La primera película de Alice Guy, a principios de 1896, fue un cuento de hadas: una pareja soñadora pasea con las manos enlazadas, llega a un sembrado de repollos. Allí se les aparece un hada que tocando con su varita mágica una de las plantas hace que nazca un bebé chupándose el dedo. Actuaron en ella amigas de Alice en un jardín con un telón pintado que prolongaba el paisaje. Este filme dura poco más de un minuto. Por añadidura, con este cortometraje inagura el uso de trucos visuales en imágenes en movimiento y en montaje.

Este invento tuvo tanto éxito que los equipos de la empresa de Gaumont comenzaron a venderse rápidamente. Por lo que Luis desembarazó a Guy de sus tareas de secretaria y se convirtió en la nueva productora. En este lapso, realizó películas muy ambiciosas: abarcando de escenas de óperas hasta militares.

Antes de ello y después de su primer filme, continuó grabando y dirigiendo algunos cortometrajes con títulos tan diversos como Los ladronzuelos del bosque verde, La momia o El correo de Lyon, hasta que Gaumont eligió poner un estudio a disposición de nuestra cineasta. Los nombres de los cortometrajes se iban convirtiendo cada vez más ambiciosos: Fausto y Mefisto, Jesús ante Pilatos, (1898) con numerosos extras. Además de dirigir películas, compraba guiones, supervisaba el trabajo de sus colaboradores, tenía la posibilidad de contratar asistentes, podía eligir elencos...

Durante esas comisiones que abordaba Guy, un popular cineasta de la época fue capaz de llamar la atención de Guy alrededor del final de siglo: Louis Feuillade, creador de una filmografía que su extensión llega a los 500 metrajes y es reconocido por sus temáticas de intriga policiaca, le vendía semanalmente a Alice guiones bastante placenteros que tenían un costo de 100 francos. Si no fuera por la astucia de Guy, el futuro creador Fantomas y Judex no hubiera tenido la misma exitosa carrera ni al mismo tiempo.

Llegó a producir semanalmente dos cortos, hasta que finalmente en 1905 fue nombrada como supervisora de los demás productores de compañía.

En 1906 realizó Les Résultats du féminisme (Las consecuencias del feminismo), un corto en el que critica de forma sarcástica los roles de género haciendo en diversas escenas en las que los hombres se comportan como mujeres y las mujeres como hombres.

Guy realizó trayectos a España en diversas ocasiones con el objetivo de filmar películas, tales como La malagueña y el torero o Viaje a España (coloreada a mano, existe una copia restaurada en la Filmoteca Española). Ahí mismo, en el mismo año de 1906, filmó su magna obra La Vie Du Crist (La vida de Cristo) que es su primer largometraje con una duración total de 30 minutos, contando con 300 extras y 25 decorados diferentes con exteriores en el bosque de Fontainebleau. En ese mismo año, logró filmar películas La fée printemps (el Hada de las Primaveras), una de las primeras películas a color.

La Vie du Christ

En marzo de 1907, se casa con el cameraman británico Herbert Blaché, encargado de dirigir las oficinas de Gaumont en Inglaterra y Francia. Posteriormente, se muda con su marido hacia E.E.U.U., en donde Luois quería expandir su negocio. Ya establecidos en el país, sin embargo, Alice abandona su trabajo como realizadora durante tres años para centrarse en la realización de las típicas y exasperantes tareas domésticas y cuidar de su primer hija, Simone. Hastiada de su cotidianidad, regresa a la dirección y, junto con su esposo y para infortuna de Gaumont, funda su productora "Solax Company" en 1910 y "Blaché Features" en 1913, donde dirigió hasta llegar a 1000 filmes de diversos géneros (westerns, comedias, dramas, películas de ciencia ficción, entre otros).

En Nueva Jersey construye uno de los mejores estudios del mundo, donde siguió dirigiendo películas con gran popularidad hasta 1920. Entre ellas, está el primer filme realizado por actores negros, titulada como "Un tonto y su dinero"; estrenada en 1912.

A pesar de que logró fundar otras dos compañías cinematográficas más, empezando el año 1919, era imposible competir con Hollywood ya, por lo que empezó a trabajar con empresas más poderosas. En este punto, la carrera de Alice empieza a decaer cuando su empresa cierra y la vende y su matrimonio con Blaché finaliza (él la deja por una actriz y se traslada a Hollywood con ella). Posteriormente, regresa a Francia y da pláticas públicas acerca de los inicios del cine.

Guy estuvo mucho más tiempo en activo que sus contemporáneos masculinos que actualmente llenan los libros de historia. Se dedicó al cine un total de 24 años, sin bajar su ritmo de producción de tres rodajes por semana ni mientras estaba encinta.

En cuanto fue consciente de que antes debía reclamar la autoría de sus películas, viajó corriendo de vuelta a Estados Unidos. Imposible. Por aquel entonces, era la compañía quien firmaba las cintas, y nadie excepto ella tenía ningún interés en que su nombre apareciera en ellas. La historia la relegó a un cuarto plano: el mérito de sus películas se le atribuyó a sus directores de fotografía y a ella no se le dio más mérito que el de secretaria, incluso quitándole méritos y acusándola de ser amante de Gaumont.

«[En Francia] mientras una mujer esté, como se dice, en su lugar, no recibe ningún reproche, pero si ella asume y ejerce las prerrogativas asignadas a sus hermanos se la mira mal. La actitud hacia las mujeres en EE UU es muy distinta», afirmó en una entrevista realizada en 1912, antes de saber la apuñalada que recibiría por parte de los estadounidenses.

En 1949, cuando había cumplido 76 años, Alice Guy regresó a París, donde la Cinemateca le rindió un gran homenaje por ser la primera mujer directora de cine en el mundo, no el primer director en el mundo. Tuvo gran polémica en los distintos medios de comunicación y recibió más tarde las insignias de Chevalier de la Legión de Honor.

En 1964, ella regresó a los Estados Unidos junto a sus hijas, donde quiso buscar y recuperar sus películas, por lo que fue a la Biblioteca del Congreso, a otros archivos de cine y filmotecas pero no encontró casi ninguna de sus películas y algunas de las que encontró se escondían bajo nombres de dirección de sus compañeros.

Alice Guy, termina falleciendo a los 95 años en el mismo estado en que había revolucionado al cine: Nueva Jersey. Sin embargo, en ningún periódico impreso apareció su esquela.

Guy siempre peleó para que los hombres entendieran que no había ningún problema en que una mujer estuviese delante o detrás de la cámara, dirigiendo. Tal vez sabía que adoptar posiciones abiertamente feministas en Hollywood podía cerrarle aún más puertas de las que ya le cerraban el hecho de haber nacido mujer...

«Pensé que podía hacerlo mejor… Revistiéndome de valentía, propuse tímidamente al Sr. Gaumont que pensaba en escribir una o dos historias cortas para que mis amigos se divirtieran. Si el Sr. Gaumont hubiera podido ver entonces lo que pasó con mi tímida propuesta, probablemente yo nunca hubiera obtenido el sí afirmativo. Mi juventud, la falta de experiencia, mi sexo, todo conspiraba en mi contra», nos relataba la gran cineasta en 1896.

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