Una de las estrellas cinematográficas más deslumbrantes de todos los tiempos, Maria Magdalena Dietrich nació en el seno de una familia de militares el 27 de diciembre de 1901 en una pequeña población alemana cercana a Berlín llamada Schöneberg. Sus padres eran Louis Erich Otto y Josephine Dietrich. Louis, teniente de policía, falleció cuando Marlene todavía era una niña.
Marlene, que había estudiado canto y música en su infancia, encaminó sus pasos hacia el mundo del espectáculo desde su adolescencia trabajando en números de cabaret. Los humeantes clubes nocturnos de la Alemania de los años 20 fueron el escenario idóneo en el que la atrayente sensualidad y liberal sentido de la sexualidad de la rubia cantante comenzara a manifestarse manteniendo múltiples relaciones con personas de ambos sexos.
En 1924 contrajo matrimonio con Rudolf Sieber (nacido en 1897), con el que tuvo, también en 1924, a su hija Maria. El enlace con Sieber fue su única boda, ya que aunque mantuvo infinidad de romances con gente de toda condición, Marlene jamás se divorció de Rudy, como ella le llamaba, estableciendo una estrecha relación de confidencia a pesar de romper su nexo marital en el año 1929.
Para mejorar sus aptitudes para la actuación y poder iniciarse en la industria cinematográfica, la actriz alemana acudió a clases de interpretación del prestigioso Max Reinhardt, debutando en la pantalla grande con “El Capricho De Una Dama” (1923).
En los años 20 también participó en “Bajo La Máscara Del Placer” (1925), película en la que estaba acompañada por divas de la talla de Asta Nielsen o Greta Garbo. Marlene admiraba profundamente a esta última actriz, con quien intentó intimar sin éxito en el futuro.
Sus papeles cinematográficos en este período eran breves, lo que le obligaba a continuar con sus actuaciones cabareteras para sufragar sus gastos. Tras una de sus funciones nocturnas un cliente se dirigió a ella para ofrecerle una prueba para su nueva película. El film era “El Ángel Azul” (1930) y el espectador Josef Von Sternberg.
Von Sternberg se convirtió en su amante y en su descubridor. El triunfo comercial de “El Ángel Azul”, película que adaptaba una novela de Heinrich Mann (hermano de Thomas Mann), provocó que el director y su estrella se trasladasen a Hollywood para debutar en la capital del cine mundial con los estudios Paramount, compañía que pretendía convertir a Marlene en la respuesta a la sueca Greta Garbo.
Marlene y Von Sternberg coincidieron en los años 30 en siete ocasiones. Además de en “El Ángel Azul” la pareja compartió créditos en “Marruecos” (1930), película con el “legionario” Gary Cooper en la que Dietrich encarnó a una cantante de cabaret, “Fatalidad” (1931), film de espionaje co-protagonizado por Victor McLaglen, “El Expreso De Shangai” (1932), película con Clive Brook en la que Marlene interpreta a la prostituta Shanghai Lily, “La Venus Rubia” (1932), film con Cary Grant y Herbert Marshall en la que volvió a interpretar a una cantante de cabaret, “Capricho Imperial” (1934), película con John Lodge en la que encarnó a una princesa prusiana en Rusia, y “El Diablo Es Una Mujer” (1935), film ambientado en España y basado en una novela de Pierre Louys con el protagonismo masculino de César Romero.
El listado de amantes de Marlene en Hollywood se ampliaba día a día, ya que la alemana le tiraba los tejos a casi todos los actores y actrices de cierto atractivo físico con los que compartía rodaje. El sexo era algo normal y prioritario en la existencia de la intérprete germana. Cuando coincidía con una persona (masculina o femenina) que le parecía sugestiva a nivel sexual no dudaba en proponerle un momento de ardiente pasión.
El éxito de las películas que rodó con Von Sternberg hicieron de Marlene la actriz mejor pagada del período, especialmente en la primera mitad de la década de los 30, cuando ya estaba convertida en leyenda viva.
Además de los títulos con Sternberg son destacables en este decenio películas como “Deseo” (1936), comedia de Frank Borzage producido por Ernst Lubitsch en la que interpretó a una estafadora en España junto a Gary Cooper; “Angel” (1937), cinta dirigida por el propio Lubitsch; “La Condesa Alexandra” (1937), adaptación de una novela de James Hilton ambientada en tiempos de la Revolución Rusa que dirigió Jacques Feyder; o “Arizona” (1939), western de George Marshall co-protagonizado con James Stewart con el que Marlene consiguió revitalizar su carrera y lograr un nuevo contrato con la Universal.
Por esa época, Marlene ya se había nacionalizado estadounidense, hecho que junto a la negativa dada a Adolf Hitler ante la petición del dictador alemán de que su estrella regresase al cine germano, alimentó una animadversión creciente entre la población de su país de origen. Este desafecto se acentuó todavía más cuando tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Marlene apoyó al ejército aliado. Este activo sostén militar provocó que la actriz alemana no apareciese con regularidad en las pantallas cinematográficas a lo largo de la década de los 40.
Sus películas más importantes en este período son “Siete Pecadores” (1940), film dirigido por Tay Garnett y co-protagonizado por John Wayne (con quien mantuvo un breve pero apasionado romance), “La Llama De Nueva Orleáns” (1941) de René Clair, “Manpower” (1942) de Raoul Walsh, “Los Usurpadores” (1942), título de Ray Enright sobre la fiebre del oro en Alaska que le volvió a encontrar con John Wayne, “Capricho De Mujer” (1942), comedia con bebé que dirigió Mitchell Leisen, “Kismet (El Príncipe Mendigo)” (1944), film ambientado en Bagdad de William Dieterle con Ronald Colman como co-protagonista, “En Las Rayas De La Mano” (1947), película de Leisen en el que interpretó a una gitana junto a Ray Milland, o “Berlín-Occidente” (1949), film dirigido por Billy Wilder.
A pesar de que su glamourosa presencia (mejor aprehendida en sus films en blanco y negro que en los de color) ya no impresionaba a la audiencia, Marlene continuó luciéndose para directores de la talla de Alfred Hitchcock con “Pánico En La Escena” (1950), Fritz Lang en el western “Encubridora” (1952), Billy Wilder en la adaptación de Agatha Christie “Testigo De Cargo” (1957) u Orson Welles en “Sed De Mal” (1958).
A principios de los años 60 decidió abandonar el cine, ocupándose más de su faceta teatral desarrollada tanto en Broadway como en Las Vegas. Una de sus últimas apariciones fue en “Vencedores o Vencidos” (1961), film dirigido por Stanley Kramer sobre el juicio de Nuremberg a los nazis.
En 1964 se retiró de la pantalla durante un largo tiempo, retornando estelarmente en la década de los 70 con “Gigoló” (1974), una película de David Hemmings co-protagonizada por David Bowie y Kim Novak.
Los últimos doce años de su vida los pasó recluida y encamada en su casa parisina, falleciendo en la Ciudad de la Luz a la edad de 90 años el 6 de mayo de 1992. Con posterioridad y ya sin rencores patriotas, el mito Marlene Dietrich fue enterrado en la ciudad de Berlín.
Comments
Post a Comment